¿Cómo puedo hacer que estas conversaciones se sientan seguras?
Ya sea que estemos hablando de drogas, citas, salud mental o cualquier otro tema delicado, queremos que los jóvenes se sientan seguros compartiendo honestamente sus sentimientos, preguntas y preocupaciones. No asumas que esta será una conversación aislada. En su lugar, trabaja para establecer líneas abiertas de comunicación para que esta conversación pueda continuar como un diálogo.
ADOPTA UN ENFOQUE ABIERTO Y TRANQUILO
Mientras hablas con tu hijo, trata de evitar el juicio, la ira o el miedo. Los niños pueden captar su tono y desconectarse o reaccionar a la defensiva. Asegúrate de hacer de esto una conversación y no una conferencia.
Piensa en esta primera conversación como que simplemente estás abriendo las puertas, no necesitas decirlo todo de una sola vez. Concentrarte en establecer el tono para el diálogo abierto y continuo, un entorno propicio para el entendimiento mutuo y la honestidad. No se trata de tener razón y que tu postura sea aceptada inmediatamente.
Puede ser más efectivo tener 60 conversaciones de un minuto que una conversación de 60 minutos.
Una conversación abierta desarmará la noción de que se trata de una conferencia. También proporcionará un ambiente relajado para discutir ideas sin hacerlos sentir que están siendo culpados o en que están en problemas.
HABLEN EN FAMILIA
Si tienes pareja, trata de tener la conversación junto con tu pareja y tu hijo para que vean que estás en la misma página e igualmente invertido en compartir este conocimiento y mantenerlo seguro.
Si no tienes pareja, piensa en invitar a otra familia y tener una conversación durante la cena para que puedan entender que esta es una norma que otros hogares comparten y reforzarán juntos.
PREPÁRATE
Comparta tus valores y expectativas claramente.
Planifica de antemano cómo vas a reaccionar ante la información que el joven pueda compartir para asegurarte de que siga sintiéndose seguro y cómodo para expresarse.